viernes, septiembre 03, 2010
Mi sitio
Un día mi abuelo le dijo a mi abuela, que estaba aun en la cama, -mujer, levántate y dúchate, hoy nos vamos de viaje que te quiero mostrar un lugar-.
-Pero si son las cinco de la mañana!- contestó ella.
-Qué si, lo sé, apura ligero y levántate- respondió el abuelo.
El abuelo y la abuela abrieron la puerta marrón de su casa blanca justo antes del amanecer -más vale que sea bueno- le decía la abuela refunfuñando.
Salieron de casa hacía la derecha mientras escuchaban el ruido a lo lejos de un autobús que recogía a un pasajero dos calles abajo. Giraron a la derecha en la primera esquina y avanzaron dos calles donde vieron como el panadero habría las puertas de su horno para que un olor a pan recién orneado inundara toda la calle.
Giraron a la izquierda, vieron un par de sillas y una mesa vacías, dos botellas de cerveza y un cenicero, era el bar del Campeón. El abuelo le enseñó la esquina derecha a la abuela y para allá se dirigieron, avanzaron tres calles y volvieron a girar a la derecha, pasaron por el frente de la tienda de la señora popularmente conocida como la Cotúa, estaba tomando el café de la mañana... esperando el amanecer.
Tomaron la calle siguiente a la derecha de nuevo y vieron las plumas de gallos de pelea que habían dejado los combates del día anterior en la gallera, giraron a la izquierda y avanzaron dos calles, vieron a Diego que sacaba los balones de fútbol de su coche para organizar todo antes que llegaran los chicos a los que iba a entrenar esa mañana.
Al final de la calle giraron a la derecha de nuevo, avanzaron pocos metros y el abuelo se detuvo. Estaban frente a la puerta marrón de una casa blanca, -ves esa casa,- le dijo, -todo esto eres tu, eres el sitio de mi recreo-.
En ese momento de la mañana el abuelo levantó la mano y con el mando del equipo de sonido le regaló a la abuela esta canción: http://www.youtube.com/watch?v=d9SjzouQHz8
Etiquetas: abuelos, familia, poesia
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